miércoles, 7 de noviembre de 2012

3. Confusiones

-Acaban de confundirme contigo, Inés.

-¿Quién? –me miró sorprendida-. No creo que haya nadie aquí que me conozca.

-No creo que seas tú la Inés a la que se refería, pero ha terminado por llamarme no-Inés al darse cuenta de que no soy la mujer que él buscaba. Era bastante mono...

-¿Sí? A ver, ¿dónde está?

-Mira, justo es aquel que sale del baño... ¿Es contigo con quien me ha confundido, o no le conoces?

-No me suena de nada... Pero sí, es muy mono.

Mi hermana se pasó el resto de la noche llamándome no-Inés. Ahora mi nombre no tenía ninguna validez, el mundo se había olvidado de que me llamo Carolina. 

Dionisio, que no pudo evitar escuchar una de aquellas veces en las que mi hermana me llamó por mi peculiar nuevo mote, nos preguntó si conocíamos a la panda de Martín.

-¿Martín? –dije yo-. ¿Así es como se llama el creador de mi nuevo nombre?

-Son aquellos de allí, los que están con la muchacha que llora. Están tan borrachos, que Martín cree que ella es Inés, y ella cree que él es un tal Uve. Llevo toda la noche riéndome por dentro de lo cómico de la situación. 

Nos sirvió una copa por cuenta de la casa. Estaba contento con la noticia y debía llevar toda la noche invitando hasta a los clientes nuevos. Mi hermana y él llevaban un par de años queriendo ser padres, e Inés por fin se había quedado embarazada. No quiso contárselo hasta no estar segura, pero ya estaba de tres meses y esa noche me arrastró hasta el bar donde trabajaba para contárselo. Le costó convencerme para que fuese, pero la verdad es que fue una noche muy agradable.

Era ya de madrugada, no quiero pensar qué hora, cuando me di cuenta de que llevábamos unas copas de más y yo tenía que madrugar al día siguiente para ir a clase, así que me despedí de la pareja feliz. Aprovecharon mi marcha para empezar a recoger, Inés la cocina y Dionisio las mesas.

En la puerta me encontré con Martín y sus amigos, un tal Julio y un tal Yoel, que no sabían muy bien que hacer con la pobre chica.

-¿Sabéis donde vive? –pregunté. Martín me miró unos instantes, sin comprender.

-¡Anda! Pero si es no-Inés...

-Ya te he dicho que no me llamo no-Inés... ¿qué vais a hacer con ella?

-Estamos preguntándole que donde vive, para dejarla a la puerta y que se las apañe.

-Con la tajada que lleva, ésta no recuerda donde vive ni aunque lo mire en su DNI. Parece que no es bebedora habitual, y hoy que Dionisio ha estado invitando a todo el mundo... Venga, tranquilos, que ya me la llevo yo.

-¿Y cómo sabemos que podemos fiarnos de ti y no la violarás? –me preguntó Julio.

-Aquí al único que veo con ganas de violar a alguien es a ti, así que venga, desfilando para casa que esta chica se queda conmigo. Por cierto, ¿cómo se llama?

Ninguno de los tres supo responderme. Quizá ni siquiera ella supiese su nombre en esos momentos. Intenté entablar conversación, pero estaba totalmente ajena al mundo y lo único que sabía hacer era repetir una y otra vez “¿es que ya no me quieres, Uve?”. 

La acosté en mi cama, diciéndome que ella lo necesitaba más que yo, y le di un beso de buenas noches. Me llamó mamá y se quedó dormida.

Yo cogí un par de mantas y me fui al sofá y, en vista de que no iba a poder dormir, me hice un termo de café bien cargado y me puse a estudiar. Al final me quedé dormida sobre los apuntes y, cuando me desperté, era la hora de irse a clase.

Entré a mi habitación y vi que Alma (había descubierto su nombre mirando entre sus cosas) seguía completamente dormida. Me cambié de ropa y la dejé allí, apurando sus últimas horas de sueño. 

Al salir de casa me di cuenta de que tal vez se asustaría al despertar y debí haberla dejado una nota, pero llegaba tarde a clase y no volví para hacerlo. 
 
Noelia. 7 de Noviembre de 2012.

7 comentarios:

  1. Una continuación a la altura de las dos primeras partes. Salimos de la taberna y la historia es a partir de este momento desde donde tiene total libertad para desarrollarse. Lo has dejado en un punto muy sugestivo. La trama va cogiendo cada vez más interés.

    Me gusta ver que de algún modo yo estoy también presente en muchos de los relatos, aunque sólo sea aportando títulos o nombres de los personajes. Precisamente ese punto me parece otro aspecto a destacar, el hecho de que los nombres no se pongan porque sí, sino intentando que el apelativo que se le da esté acorde con la personalidad que se le pretende otorgar. Si se quiere tener una historia sólida, no se puede dejar nada al azar…

    Por otra parte, Noelia, creo que estás siguiendo una progresión espectacular. Y no porque tus relatos actuales sean mejores a nivel argumental, estructural o gramatical, sino porque cada vez escribes con mayor soltura. Eres capaz de hacerlo bajo presión, en un corto espacio de tiempo y sin que la calidad del texto se vea alterada lo más mínimo. Mis más sinceras felicitaciones.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Al final no tuviste tiempo de volvértelo a mirar, es normal que la falta de tiempo afecte a la calidad, de echo, esta es la dificultad de este proyecto a 3, obligar a las musas a aparecer cada miércoles. Aún así los capítulos van avanzando y tomando forma.
    La pelota esta en mi tejado, y mas les vale a esas hijas de puta venir y traerme historias buenas.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias por tu comentario, Gonzalo. Lo cierto es que ya sabes que últimamente le doy bastante importante a los nombres, creo que son un aspecto realmente importante del personaje y que no es algo que se deba escoger al azar.
    Por otra parte, no sé si he llevado la historia del todo por donde me gustaría, pero bueno, no tuve mucho tiempo para escribir y tampoco es que esté disgustada. Iré metiendo giros que me lleven más hacia mi camino.
    Muchas gracias por tus felicitaciones. La verdad es que me estoy esforzando bastante últimamente y parece que da sus frutos. Ya sabes que hacía bastante tiempo que no escribía con tanta frecuencia y me está viniendo bien.

    Lucía, como ya he dicho a Gonzalo, el tiempo acaba siendo un impedimento, pero me encanta eso que dices de obligar a las musas a venir, creo que al final, lo que conseguiremos, será tenerlas ahí siempre que queramos y eso es algo fantástico. Estoy segura que harás algo sorprendente para el miércoles, las musas me han dicho que van para Barcelona...

    Un saludo a los dos, y gracias.

    ResponderEliminar
  4. Pues este no está en tr. He visto el de Lucia y me vine aquí a buscar el tercero antes de leer el suyo. Me encanta esta historia a tres bandas, que os obliga a rizar el rizo para continuarla. Un deleite para el lector. Giro imprevisto None, que justifica la rumberia de Dioniso, que ya me pensaba yo que era el mismo Baco invitando al personal. Anclas la trama y obligas a nuevo rumbo. Una experiencia muy interesante, enhorabuena por emprenderla.

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias, ender. La verdad es que ni me di cuenta de publicarlo. Llevo unos días un poco liada y no sé dónde tengo la cabeza.

    A ver si mañana publico tanto este como el que he publicado en 480km de palabras.

    Un saludo y gracias por pasarte.

    ResponderEliminar
  6. Ender, sigue pasándote por aquí, tu compañía se agradece.

    ResponderEliminar
  7. Te has adentrado en algunos detalles de los personajes que han ido apareciendo. Bien, así se va teniendo un buen fondo de cara a que los personajes puedan ir cobrando vida.

    Me has llevado a imaginarme el grupo visto desde fuera y no desde los ojos de Martín. Qué terrible es ver a la gente cuando va con demasiado alcohol en el cuerpo y estás viendo sus crueles transformaciones.

    Lástima la falta de tiempo, aunque es una buena base para seguir continuando la historia. En la próxima hay que ir mojándose más y más. Y ahora me voy al de Lucía.

    Por cierto, qué alegría ver la visita de ender, así no practicamos tanto la endogamia.

    ResponderEliminar